I
Trasplantado tallo de injertos labrados,
por el cuchillo experto,
del alquimista de las flores,
no sabiendo lo que hacia,
al cruzar las emociones,
por venas con savia de colores,
de esperanzas, de amores y de olvidos.
Tres espinas guiaron sus cumbres hermosas,
al trono final, coronado por tres rosas,
de pétalos tiernos,
dulces,
mansos y callados,
anhelos
de caricias, tan suaves como el terciopelo.
Tentaciones, eternas noches de amor y desvelos…tus cosas.
A la izquierda tú, el alba, la blanca, la esperanza.
A la derecha tú, la roja, la pasión, el celo.
En el centro tú, la morada, el respiro, el alma.
Entre el amor y el desamor.
Entre el placer y el dolor.
Entre todas el candor.
Esperando la última morada,
en un jarrón de cristal.
El rosal de las tres rosas.
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