I
El sueño de la muerte me puso frente a ti,
límite de las conciencias,
escalones alargados y débiles.
Hundí el pie en el trasfondo,
pasamano de fantasías,
ciego, tosco y lejano,
mire arriba sin voz,
en cubierto cielo de grises,
de fríos y de vientos.
murieron ochenta y ocho,
faltaban doce de cien.
Quedando atrás historias,
envidias, tormentos y lamentos.
Llegó el mas profundo de los miedos.
La incertidumbre del desconcierto,
a mis pies… aplastada angustia
El penúltimo escalón,
el alivio, la esperanza.
Uno mas…el varón.
subí cansado de resuellos,
ahogos de alegría,
dormido…despierto…no se,
después, de nuevo un claro azul,
sin la nubes, ni los fríos ni los vientos.
Sin pesar en los adentros.
Puedo respirar escalones nuevos,
de lavanda Perfumados,
con tus pasos y sonrisas.
.
de lavanda Perfumados,
con tus pasos y sonrisas.
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