Vistas de página en total

martes, 8 de febrero de 2011

SEIS CUERVOS Y UN RUISEÑOR

I
Partió el Monserrat, en tarde de vientos. 
Oleaje y sustos…pirulines,
mascarones enguantados me abanaban, 
la despedida, bañada de nubes grises,
Febrero 13…el primero de los treces, 
los ojos del desconcierto, temor.
Vieron lagrimas mi puerto…Tenerife,
comenzaba el concierto de las tristezas, 
en si menor sostenido.
¿Dónde vamos madre?, preguntó el asombro del niño…
donde el criador de cuervos. 
El viejo Don Daniel, conmigo,
Con tu cabra loca, ¡tu madre muchacho!.
¡No…no quiero!, ¡lloro!...pues llora.
concierto del silbido del pecho, unido con la sirena,
del acorazado blanco, de franja verde cruzado,
pisado ya por los ricos, convertidos en mi techo,
que tras los pasos bailaban , 
marcando el vals y el viejo tango,
zarpaba el último de muchos, una cuervo. 
Volaron delante cinco,
dejando atrás, bajo la pasarela, a un ruiseñor dormido.
Ocho días escondido, para no revelar el alma.
En el lugar de los pobres, donde ricos no llegaban.
Paseos a gatas, en cubierta, bajo las mesas.
Aplastado medio, por el peso del gordo petulante.
Viendo volar a peces arriesgados, en sus salidas del mar.
Sintieron mis lagrimas, las alas del sexto cuervo…la del dolor.
Ya le asomaban las plumas, macabra transformación.
Cambiar las plumas del encanto, aquellas del ruiseñor.
El primero de los cuervos, enterró su pico en el ojo,
dejando ensangrentada, la mejilla del viejo triste.
Quiso matar a su sangre, tras puñalada del macho. 
Primer golpe del traidor.
El segundo de los hombres, también su pico enterró,
a un viejo sin ojos, dejando sola su alma, moribundo de dolor.
Las hembras de negro, pensaban y traicionaban,
el esfuerzo de los años, que con amor las cuidaban.
Cría cuervos y espera…a que te saquen los ojos.
Ambiciones sin medida, por cuatro duros de antojos.
Cavaré la pasarela, buscando aquel ruiseñor,
resarciré los despojos, papas rellenas, las pescadillas y el mojo.
Te buscare agotado sobre el tractor azul, 
siguiendo la guardarraya.
la Ceiba, espantos de jueves santo. 
Luciérnaga de luz azul, la muralla.
El puente de los espíritus, que por las noches cruzabas,
trina… sigue trinando, escuchare tu canto. 
Me bañare con tu miel.
Despacio abriré sus alas, para no despertarlo, 
y dormiré junto a el.

1 comentario: