Un saludo especial a todos mis amigos, y a todos mis queridos ex alumnos sin excepción. Es para mi una grata satisfacción compartir unas cuantas líneas movido por la invitación realizada por nuestra querida Sor Daniela, a participar en la edición especial de nuestro querido y recordado periódico “Signo” (Cosa que nunca ocurrió, tras ser amordazado por la censura previa). Para comenzar quisiera darles una pequeña explicación, de como era el cuerpo docente de nuestro prestigioso colegio hace unos años atrás. Específicamente hasta mi promoción en el año de 1972. Nuestro colegio contaba para entonces con uno de los mejores equipos de docentes en su historia. No es que el actual sea deficiente. Pero las cuestiones para la época se manejaban en forma diferente. Para esos años el cuerpo de profesores era escogido por la institución de acuerdo a sus capacidades, conocimientos y desempeño pedagógico. En la actualidad no sucede lo mismo, y entran en juego flamantes títulos, militancias políticas y una inexorable Zona Educativa, que es la que hace y decide a su antojo el destino de cientos de niños, sin importarles la realización de verdaderas supervisiones a nivel pedagógico del personal docente de una institución educativa. Seria tan sencilla una verdadera supervisión. Por ejemplo: Si fuese supervisor, entraría al aula de cualquier docente, le pediría dar cualquier objetivo, y me sentaría como un alumno mas a escuchar la exposición del profesor. No les parece fácil..¡Verdad que si!, bueno volvamos al grano.
Contábamos para esos días de un maravilloso conjunto de profesores, como nunca antes en la historia. Para demostrarselos, iniciare con varias anécdotas de mi mentor en castellano y literatura. Nuestro querido profesor Pedro María Hernández y su particular explicación de la metáfora. El profesor entró al salón. en un día caluroso de nuestros eternos veranos. Como siempre ataviado de un elegantemente flux azul, y perfumado con una exquisita lavanda. Tras entrar al salón, prosiguió a sustraer de su material, un poemario cualquiera, e inquirió a una de las alumnas a pasar al frente y empezar la lectura de un poema en particular . La chica comenzó a temblar como una gelatina recién sacada de la nevera, y exclamó con voz temblorosa - ”Cascadas de oro...caían sobre sus hombros”-. En ese preciso instante la interrumpió Pedro María. - Ya va chica...ya va...¿y si la muchacha tuviese el pelo negro?...¿que dirías tu?.¿Que dirías tu? - . El temblor de la muchacha se incrementó y comenzó a mirar al techo, y a balbucear -eje, eje...Petróleo...Ébano...Cuando fue interrumpida nuevamente por el profesor - No chica...no chica...
Caraoooota...Caraoooota vale, en ese momento todo el salón estallo en risa, pero lo mejor de todo, o lo que quizás casi nadie notó... ”Aprendimos el concepto exacto de la Metáfora”. Tengo muchas mas anécdotas de ete querido profesor, pero las dejaremos para una próxima oportunidad, por que quiero contarles otra de nuestro gran profesor de física. Nuestro recordado genio, el profesor Manzano. Se las relato: nos informó una tarde, en una de sus geniales clases, que teníamos que comprar un cohete, y con cartulina, fabricarle todo tipo de alerones. El día destinado para las pruebas. Deberíamos dirigirnos al estadium Cesar Agustín Vargas, a proceder a realizar el lanzamiento de cada uno de nuestros cohetivos. En una pequeña rampa de metal Previamente fabricada por el profesor. En el momento del lanzamiento, deberiamos hacer anotaciones de : La velocidad inicial, la velocidad final, la parábola descrita. El tan ansiado día llego. Cada uno de los alumnos lanzó su coheticoo sin ningún contratiempo. Con la excepción de un coheticoo en particular, que después de fallidos intentos, no lograba despegar de la rampa, aparentemente por que se le había acabado la mecha. En ese momento, entró en escena nuestro querido profesor Manzano, y procedió el mismo a realizar el ultimo intento en la prosecución de la meta del frustrado estudiante. Tras introducir el cabo del un cigarrillo donde alguna vez hubo una echa. Se escuchó una explosión estruendosa, seca y sonora. El profesor mantuvo una absoluta calma , se reincorporó lentamente, y con la cara manchada de negro exclamó : - "Velocidad inicial cero, velocidad final cero, trayectoria cero, explosión...¡estupenda!, se terminó la practica "-. Ahora díganme ustedes queridos lectores, ¿no es este un excelente profesor?. Bueno tendría muchas mas anécdotas, inclusive, alguna también de nuestra querida Sor Daniela, por que les cuento, que fue nuestra profesora de Artística, y me enseño entre otras cosas, a odiar y a querer al Partenón, pero esa es otra historia, que les relatare algún día, en la segunda parte de estas crónicas calladas. Espero que estas humildes líneas sean de su agrado, felicitando en sus sesenta años a mi querido colegio, a todas las hermanas particularmente a Sor Daniela , reforzadora de mi fe. A mis amigos, a mis queridos ex alumnos, que alguna vez tuvieron la mala fortuna de tenerme como su profesor de Inglés. También quiero felicitar a Sor Manzoeta, por haber logrado el sueño del " Teatro Santa María".A la profesora Yesenia Suarez, por el maravilloso trabajo en Danzas " Santa María". A Sor Patricia, a sr Daniela. Gracias a todos...hasta un próximo aniversario...donde no me caiga la censura previa…¡felicidades!...so long.
Que bello profe, no sabe como le agradezco que haya fomentado en mi el amor por los idiomas, hoy estando en mi 5 semestre de Relaciones Internacionales ese amor por los idiomas es la base! Con cariño Eddy Duarte, Chivacoa!
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