I
Una gota roja y espesa de sangre de sol,
cayó sobre las nubes del moribundo día,
en un crepúsculo triste enmantado,
pujando por nacer de las entrañas de la tierra.
Redonda luna de sangre manchada,
sobre horizontes de montañas esculpidas,
por la mano maestra del creador,
alzándose sobre la noche nueva,
sobre alfombra negra,
con adornos de estrellas.
Amarfilada luna redonda,
con brillo de perla,
dejando el escenario abierto,
para la noche perfecta,
con brisas tibias de mar,
acariciando tu rostro y el mio.
Dedos entrelazados,
sobre la arena dormidos.
Abrazo del alba, miradas, palpitaciones.
El recuerdo de una perla,
y una luna enamorada.
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