I
Hola amor…luces cansada.
Ven, abrázame…no, no te vayas,
no hables, déjame sentir tu día.
Hueles…a dulce perfume cansado,
y tu beso, sabe a dulce melancolía,
con fugaces centellas de alegría.
Déjame desabrochar lentamente,
este abrigo que llevas, que te protege
del frio.
Aguarda, dejaré caer a tus pies,
la hermosa piel de tu ego.
Desnudaré tu alma.
La palmarán mis sentidos,
y mis dedos con su calma.
Sentiré palmo a palmo tu vivencia,
con el recurso del ciego, y las
papilas del miedo.
No hables amor, conoceré tu día sin palabras…sin sabor.
Me lanzaré desde tu frente, recorreré
tu espalda.
Cruzaré tu bosque, a lo profundo de
tus pies.
Te siento piel…aun te siento.
Te siento corazón, corazón…ya no te
miento.
¡Como hablan tus latidos!, llenos de labios
dormidos.
Abrázame más…más fuerte,
tu corazón no deja de hablar.
Me gusta lo que escucho… no le quiero
replicar
Ahora…entibia de sol el agua del
llanto.
Vamos… dame tu mano de guía.
Y abrazados…bañemos juntos al día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario