Aunque Miranda le había expresado a Cajigal
su deseo de abandonar la Habana y plantear su caso ante el Rey de España, un
año después estaba visitando a Alexander Hamilton en New York, presentándole un
plan para la liberación de Venezuela. El proyecto le pareció interesante a
Hamilton y otros Norteamericanos influyentes.
Después
de eso, Miranda visitó Inglaterra y gran parte del continente Europeo. En sus
constantes viajes, cuando su barco atracó en la península de Crimea el 31 de
Diciembre de 1786, Miranda buscó la manera de conocer a Gregory Potemkin (príncipe de Tauro), quien
como el, estaba enamorado de Catalina la grande.
Las relaciones íntimas de Potemkin con
Catalina, suavizaron el camino para la presentación de Miranda a la corte de la
Zarina. El conde de Venezuela (como hacía llamarse) se compró un traje azul y
una espada. Viajó a Kiev, y el 25 de Febrero de 1787, besó la mano de Catalina
la grande. Esa noche en la cena de gala, Catalina le suplicaba al distinguido
invitado, que le diera todos los pormenores de las nuevas tierras, de la inquisición, y a este, con su verbo fascinante, no le resultó difícil encantar a Catalina.
Durante 2 meses, la Zarina estuvo hablando del Conde de Venezuela, Pues
aparentemente, el distinguido caballero, había despertado en ella un instinto
maternal.
Cuando finalmente partió a finales de
1787, ella le entregó 1000 rublos y una carta, en la cual, le ordenaba a todos
los embajadores en el extranjero, brindarles asilo mientras España lo estuviese
molestando.
Alcanzó las costas Inglesas en 1789, en
este punto de su vida, sus sueños libertarios tomaron un descanso. Miranda,
quien había estado conspirando por 6 años contra la monarquía española, plasmó
en escritos sus sentimientos, y renunció a su Rey. La renuncia, indicaba que Miranda
había redirigido su relación con España. A partir de ese momento la causa
libertaria de América del Sur se había convertido…en su más hermosa obsesión.
Contó las historias de los excesos españoles a Catalina la grande, y a otros
notables de la época. En Italia, entró en contacto con Jesuitas exiliados. Los
poderosos jesuitas, habían realizado importantes trabajos de conversión y
civilización en los llanos y junglas venezolanas, como también en otros lugares
alrededor del mundo. Cuando Carlos III en complicidad con la Iglesia, fue
informado de las actividades de los religiosos, misteriosamente desaparecieron de
sus dominios, y los tildó, junto a sus seguidores, como enemigos del reino.
Este residuo de odio, acrecentó la ansiedad de Miranda, quien tenía inclinación
para la época, a la implantación de una monarquía institucional hereditaria. Sistema, que
desgraciadamente continúa imperando en el reino de España en pleno siglo XXI, y
a cuestas ( ¿ quién llevará a cuestas a quien?) , con su eterna colonia…el
archipiélago Canario.
Después de su llegada a Inglaterra, arregló una cita con su primer ministro William Pitt. Durante los 6 meses siguientes,
en 1790 las comunicaciones entre ambos se hicieron frecuentes. Entre los
numerosos memorándum enviados a Pitt, se encontraba una propuesta para
gobernar la nueva nación suramericana, y planeaba fundar, con la ayuda de los ingleses,
la que sería llamada…Colombia. Esta a su vez, abrazaría también al resto del
continente, a centro América, y parte del continente norte americano, hasta el
occidente de Mississipi. El gobierno ideal para Miranda, debería ser
centralizado, conclusión a la que llegó entonces, después de ser testigo de los
excesos de la primera república francesa, quien le hizo dudar, en su
oportunidad, de la capacidad de América Latina para sostener una democracia.
Durante
los siguientes 5 años, continuó haciendo peticiones al gobierno de Inglaterra
para apoyar la revolución de Sur América. Inglaterra, reconociendo la importancia invaluable de Miranda, le otorgó una ayuda de setecientas liras anuales, ayuda, que nunca fue dejada de enviar.
Nada ni nadie podía ya interponerse entre
Miranda y sus sueños. En cierta ocasión, cuando el presidente Thomas Jefferson
y el secretario de estado James Madison le informaron, que no tolerarían ningún
acto de hostilidad contra el gobierno de España en suelo Norteamericano. Se
levantó, y procedió a retirarse de la conferencia a la que asistía, convencido de que el
gobierno Norteamericano le había dado en ese momento, un consentimiento tácito.
Mientras hablaba constantemente de la
opresión Española. Su pasión, había destruido ya su memoria…las glorias de la
libertad, una nueva república de hombres libres, y parecía constantemente
recordar, que América de Sur. no era parte de los Estados Unidos, ni de
Inglaterra…ni de Francia. Entre los años
de 1805 y 1806, sus amigos americanos confiaban en él, y comenzaron a armar un
buque con provisiones militares. Al mismo tiempo, Miranda intentaba mantenerse
lo más alejado posible de las miradas, y el reclutamiento de las fuerzas
militares, fue llevada a cabo desde la clandestinidad.
El
2 de Febrero de 1806, un buque de 187 toneladas llamado Leander, junto a un grupo de aventureros, zarpó en la búsqueda de la libertad de una tierra, atada aun a los grillos de la esclavitud…continuará.