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domingo, 5 de mayo de 2013

SONETO AL CANGREJO QUE SE CREYÓ TAMBOR.


   I

Retumbó en los oídos de aquella tarde vacía…el amor,
 el eco de un viejo tambor demente, ido, sin vida,
perforado por redobles, de resonancia herida…el dolor.
tocado por el fantasma de aquella guerra perdida.
   
II

Tocó el fondo baboso, pleno de piedras y algas.
Nadó Sebastián, de nuevo con vida, tras rubia sirena bella.
Surcaban sus muelas…los dominios de las anclas.
Buscó el aire, las escamas, el imán del norte y su estrella.
    
III

Sus ojos abiertos, golpearon la cresta de  verdes olas,
cerrándose de nuevo, a imaginar su destino,
sintió el golpe de la piedra, y el sacrificio de las molas.
   
IV

Ancló sus muelas, nervioso, cojo…se baño de rojo y arena,
miró al Oeste, al Este, al Sur, y vio la estrella del Norte.
De verde esmeralda y aletas abiertas, su linda rubia sirena.

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