I
Tu mirada, tristeza.
Dos arbustos y una cayena,
Justo al centro,
del nido de una hiena,
del nido de una hiena,
Separaban mis dedos,
flores de descarada belleza,
flores de descarada belleza,
Tras el último hoyo de luz y bambalinas
Sentí tu aroma,
vi tu cuerpo despierto,
vi tu cuerpo despierto,
Sobre un agua azul,
de oleaje desierto,
de oleaje desierto,
Dormida sobre vestidos de mandarinas,
Buscaban en el cielo,
solo un beso de tu tez divina,
solo un beso de tu tez divina,
Vanidosos blancos senos,
perfectos para una rima,
perfectos para una rima,
Esperando plasmarlos,
en dos momentos perfectos,
en dos momentos perfectos,
A sabiendas del robo,
de los tiempos insurrectos,
de los tiempos insurrectos,
Oh bello rostro...tus labios,
la tentación de tuyo beso.
la tentación de tuyo beso.
La tentación de tus cosas,
la de tu vino y de tu queso,
la de tu vino y de tu queso,
Te llamo y te llamo,
poco después de días de pena,
poco después de días de pena,
Ya entiendo el lado derecho,
del rostro de mi cayena,
del rostro de mi cayena,
Vienen hambrientas,
no se saciaron de la sobras del León,
no se saciaron de la sobras del León,
Todas las hienas tras de ti,
falsas, vestidas de camaleón,
falsas, vestidas de camaleón,
El secreto de tu rostro,
solo lo conozco yo.
solo lo conozco yo.
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