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martes, 30 de septiembre de 2014

EL ENVÉS DE TU PARRA.


I

El mirar de tus ojos asfixio al bandoneón,
Cerrando a la voz suya puerta,
La que siempre estuvo abierta.
Una de tablas de madera, de la calle del faraón.
Marcada por la cruz, de la sangre del cordero,
La salvación de la peste, enmudeció al tercero.
Y tu cuerpo de siempre hermosu, tentaba a la vil garra.
Callaban los gritos del envés, de la hoja de tu parra,
De decirle por siempre,
lo que de siempre siento,
El mirar de tus ojos sacudió mi  cuerpo,
E imaginar tus besos, aturdió mi mente.
Y se ocultaban mis dedos, enjaulados en dos palmas.
Para no tocar tu herida miel, como heridas nuestras almas,
Y tentar por siempre lo que nunca tiento.
Y respirar para siempre tu cálido aliento.
Por ti, puedo morir al revés, si…desde dentro.
Descolorido, desvestido, aburrido, sin amigos ni higos.
Perdido, confundido, por dos hijas con cuatro ombligos.
Perfumado de lavanda, talco y carnaval.
¿Por qué llegar triste al inevitable final ?.
Si me esperas, podemos morir despiertos.
¿Te acuerdas cuando pensábamos como palomas?
Cuándo juntos volábamos al nido destejido,
para volverlo a tejer dormidos.
Sobre un colchón de Blancos,
con coros de Alejandrinos.
En sonetos de lujuria perdidos,
En un bosque inmortal de blancas plumas.
¡Dilo! Arranca la palabra de tu amor abisal,
Desde la vaga voz ahogada de los tiempos.
Nunca fuimos uno, aun somos dos cuerpos.
Toma las puntas de mis alas, volemos por última vez.
Dormiremos despiertos bajo un cielo abierto,
Aplaudiremos el mismo concierto.
Para juntos morir al revés.
Sobre tu verde envés.

sábado, 13 de septiembre de 2014

THE MOON THAT NEVER WENT AWAY,


  I

STILL THE WORD, MISINTERPRETED, SOMETIMES GRIM.
AS SHAPED IN HISTORY, SINCE I’VE MEMORY.
SCULPTED ON THE UNIVERSE,
WITH WORDS FROM OTHER SITES.
STILL A  VOICE JUMPING ON TIMES.
I COULD BREATH YOUR LOVE FLOATING IN AIR,
AT THE BALCONY OF THE REDLY BRICKS,
THAT IN SORROW CRYING REMAIN.
YOUR PINKLY MOSS HAIR, THAT SLIDED MY FEET.
A HANDKERCHIEF OF A WHITELY LACE,
HANGING ON THE FISHES CASE.
AND A TWO COLORS FISH, LIVING FROM THE CHIMERAS.
KILLED THEMSELVES, DESPICABLE OMISIONS,
WITH NO WARNINGS, WITHOUT ARMISTICES OF WAR.
CRUSHED BY PAIN, YOUR SENTIMENT AND MINE.
WITH NO BELIEVERS, NO MOUNERS, EVERYONE ON THEIR NESTS.
WHAT’S THE ODDS?...WE SAW THE FACE OF THE FAKE MIEN.
WITH HOLLOW EYES, PALLID FACE AND ARROGANT SMILE.
I FOLLOW THE TRAIL OF THE MILKY WAY,
I FOUND THE MOON  THAT I ALWAYS SEARCH.
FROM SIXTY SEVEN, THE ZEBRA WHITE, EUROPE I NAMED.
THE HOUSE OF THE BITTEN TREE,
REMAINED IN THAT HOLY MOON.
BUILT WITH BRICKS, THOSE FROM THE PINKLY MOSS.
BETWEENED BY IVIS, AND FLIGHTS OF BUTTERFLIES.
WITH HANDKERCHIEFS OF FOAMY CHANT.
STILL THE AQUARIUM, ALREADY WITHOUT COLOR THE FISH.
TRANSPARENT, FULL OF BUBBLES IT’S SKIN.
RIDEN BY TROUTS WITH MINDS AS NUTS.
STOLEN, FROM THE TREE STORE OF THE SQUIRRELS,
ABANDONED, DWINDLING OF HUNGER THE WITCHES.
WE WON THE WAR, THERE WERE NOT ARMISTICE.
WE WERE HAPPY IN EUROPE, IN THE TWENTIETH.
ON THE BITTEN TREE OF THAT LOVELY MOON,

THAT NEVER… NEVER WENT AWAY.

viernes, 12 de septiembre de 2014

LA LUNA QUE NUNCA SE FUE.



I

Aún quedaba la palabra, mal interpretada, a veces macabra.
Como quedó en la historia, desde que tengo memoria.
Tallada en el Universo, con el hablar de otro tiempo.
Aún estaba tu voz, se respiraba tu amor flotando.
Y el balcón  de ladrillos rojos, permanecía llorando.
Cabellera de musgo rosa, que resbalaba mis pies.
Un pañuelo de encajes blancos, colgaba de tu pecera,
Y un pez de dos colores, viviendo de las quimeras.
Se olvidaron, se mataron, sin armisticio de guerras.
Aplastados por el dolor, tu sentimiento y el mío.
Sin dolientes ni creyentes, y cada quien en su nido.
¿Qué importa?...Ya le vimos el falso semblante.
De pálida cara, ojos hundidos, y sonrisa petulante.
Seguí el rastro de la vía, encontré la Luna que tanto busqué.
De sesenta y siete, la de blanco cebra. Europa la llamé.
La casa del árbol mordido, permaneció en su Luna.
Con ladrillos, aquellos de los musgos rosa,
Entrelazados con la hiedra,
Y vuelos de mariposas.
Con pañuelos de llanto y espuma.
Aún estaba la pecera, ya sin colores el pez.
Transparente, lleno de burbujas sin Tez.
Cabalgada por una trucha, con una mente de Nuez.
Hurtada del almacén de las ardillas.
Menguando de hambre a las brujas.
Ganamos la guerra, no hubo armisticio.
Y fuimos felices en Europa, en la vigésima.
Sobre el árbol de la Luna blanca que nunca se fue.




lunes, 8 de septiembre de 2014

EL VIACRUCIS DEL CRISTO PEREGRINO DE LOS MILAGROS



I

Jugado, atado y condenado por la mano del hombre.
Comenzaba el camino del dolor, 
orando en las aceitunas,
frente al mismo árbol de la muerte, 
en que se ahorcó el traidor.
Condena de negro Sanedrín, 
tejieron tu mortaja las injurias.
Negado tres veces por la roca, 
abriendo la puerta del perdón,
no dudé mi Dios, buscaba la forma de darte mis brazos.
Los que te faltaban, y hacer mío tu dolor.
dejando al pueblo aclamando, 
por la justicia del ciego,
dos mil años después, 
ojos que aun no ven, 
corazones que aun no sienten,
atado por La Roma de cobardes, 
flagelando tu carne,
coronando por espinas amargas, 
de puntas brillantes.
Miró tu sangre la congoja, 
la madre de los llantos y las penas.
Dieciocho metros decidieron tu suerte, 
la misma que partió tu pecho.
Lanza empujada por la misma mano, 
la misma zurda del vinagre blanco.
El peso de dos maderos hundieron tus hombros, 
cayeron tus brazos,
cansados y tenues, 
sobre la calle estrecha de piedra morada, 
abrazando tus cargas, 
 cientos de almas desnudas, 
con color de avaricia muerta,
caíste una vez, 
con ella…tus manos y tus brazos,
vociferaba blasfemias, 
en el nido de la serpientes.
Veneno rancio de dos lenguas, 
abrieron la tierra a tus pies,
empujando al Cirineo, 
a rastras…llevó el peso de tu carga,
Que guardo bajo mi alma, 
que me baña con tu luz…ausente cruz,
serás el peso de los hombres, 
serán tus brazos los suyos,
arrastrando podredumbres, 
de cabizbajas miradas,
comerán de tu cuerpo, 
y beberán de tu vida,
Hipócritas… desdeñado enjambre de abejas sin color.
Clavando aguijones, 
inoculando ponzoñas.
extremaunciones, falsas confesiones buscando el perdón,
cuando no pasan agujas por ojos de mil camellos.
Cayendo de nuevo, descansando tu mejilla, 
la última de tu vida.
Se alzó tu mirada triste, 
arropando de consuelo a las madres de tu tierra,
El acero perforó tus manos, 
el frío penetró tus pies.
Erguido en tu cruz perdida, 
observando al buen ladrón,
A tu madre santa, 
y al testigo de la historia, 
prometiendo El reino de amor.
Mirando hacia el cielo, exclamasteis llorando,
Eloy, Eloy…lema sabactani.
Origen de mi origen…¿Por qué me has abandonado?.
Padre…en ti encomiendo mi espíritu.
Tu último aliento, 
húmedo de lagrimas, surcó el tiempo.
Esperando tu cuerpo, 
arreado por tres sogas,
esperándote María…cobijándote en sus brazos.
Después de rodar la piedra, 
colocaron tu cuerpo frío,
sobre emoción tallada, 
de triste gris esperanza.
Del negro silencio, 
brotó la vida a tus pies, 
rodó la piedra, oí tus pasos,
Sentí tu olor, tus manos, tu palabra…al oeste del Encón.
Ya encontré tus brazos… ¡Ayúdame con mi cruz!