I
No hubo rosa, peticiones ni colores,
no hubo canción…ni poema de inspiración,
compartieron las miradas, fueron dos las razones,
el inesperado beso del negro rizo y su hermoso corazón.
II
Dos viajes, dos momentos, dos historias…un solo tiempo.
el niño grande, pequeño, curvo, de suave voz asustado,
amar un bíblico nombre, sentada en silente templo.
beso de negro rizo, calla, habla, ora enamorado.
III
Calló, amó, oró, se quedó solo pensando y hablando de dos
murió.
Dos cirios, dos deudos, dos oraciones, y dos
perdones.
Pasó el tiempo, y el árbol de rizos quemados, otra vez floreció.
IV
Brotó cenizo, sacudiéndose la muerte, y el viejo polvo del
tiempo,
Vistióse de verde campo, sin cirios, de flores nuevas
encantadas,
abrazados cual nudos, recordaron el beso y las miradas
de templo.